En general se
considera que la edad media se inició en el siglo V. con la calda del imperio
romano de occidente, y concluyo con la caída del imperio romano de oriente, en
el siglo XV
El imperio romano, mantenía su unidad en parte
gracias a que tenía un gran ejército encargado de vigilar y defender las
fronteras contra invasores. El gobierno romano perdió autoridad y en el
ejército disminuyó la disciplina que lo había caracterizado. Esto ocasionó el
debilitamiento del imperio.
En el año 395
d.C, para defender mejor al imperio, se decidió dividirlo en dos: oriente y
occidente
Durante el
siglo lll d.C, pueblos guerreros de Europa, Asia y África, empezaron a penetrar
en el imperio. Los invasores fueron llamados bárbaros, debido a que los romanos
les daban este nombre a los pueblos que no compartían su modo de vida, cultura
y lengua.
Los germanos
eran el grupo bárbaro más numeroso. Estaba compuesto por varios pueblos que
tenían características culturales distintas. La combinación de estos elementos
con los romanos originó otra cultura y formas de organización social e
instituciones políticas nuevas.
La mezcla de
lenguas germanas con el latín dio origen a las llamadas lenguas romances, entre
las cuales están el español, portugués, italiano y francés.
Cada pueblo
germano dominó un área del antiguo imperio romano de occidente. Una vez
establecidos, se relacionaron con el pueblo romano que ocupaba esos lugares e
incluso adoptaron el cristianismo como religión, así surgieron los reinos
germanos. Los vándalos construyeron su reino en el norte de África, los
ostrogodos y los lombardos, en Italia, los visigodos en España, los francos en
Francia y parte de Alemania, y los anglos y sajones, en Inglaterra.
El feudalismo
surgió a partir del siglo X y alcanzó su apogeo a finales del siglo XIII. Era
una forma de producción integrada por dos partes: el señor feudal, que era el
dueño de la tierra, y el siervo, que para tener comida debía obedecer y
trabajar las tierras del primero, para ello, realizaban un contrato.
A quienes
recibían el derecho de explotar la tierra se les denominaba señores feudales y
al territorio bajo su dominio se le llamaba feudo.
Los campesinos
tenían la obligación de trabajar la tierra para provecho de los nobles; a su
vez, éstos debían protegerlos de ataques y robos. Una vez que la cosecha estaba
lista, la mayor parte se entregaba al señor.
Durante la
mayor parte de la Edad Media, la actividad principal fue la agricultura, por lo
que la tierra de cultivo y los bosques eran las propiedades más preciadas. Los
campesinos eran la base de la actividad productiva, pues ellos y sus familias
cultivaban los alimentos
Los artículos
de uso cotidiano, como ropa, zapatos y herramientas, se producían en pequeños
talleres artesanales. En los pueblos había pocos productos para intercambiar o
vender, generalmente esto se hacía en pequeños mercados o en ferias
ocasionales.
Alrededor del
siglo X, aumentó el comercio entre los reinos europeos. También cobró mayor
importancia el intercambio mercantil con el imperio bizantino y Medio Oriente,
gracias a lo cual empezaron a llegar a Europa productos de India, Persia y
China.
Los reinos
bárbaros que surgieron después de la caída del imperio romano de occidente
adoptaron la religión cristiana. Al paso del tiempo, esta Iglesia logró
mantenerse unida, por lo que cobró importancia, alcanzó gran autoridad y era
obedecida por todos los reinos cristianos.
La Iglesia se
distribuyó por amplios territorios europeos y estuvo presente en los ámbitos
económico, cultural, social y político; es decir, la religión era parte de la
vida cotidiana y determinaba en buena medida las ideas acerca del mundo Para
mantener esta influencia, la Iglesia persiguió a los que cuestionaban su
doctrina oficial, a quienes llamó herejes y combatió por medios violentos.
Los
monasterios en los que vivían los monjes también cumplían una función cultural,
pues en ellos se conservaron los libros de la época que conocemos en nuestros
días.
Constantinopla
era la capital del imperio Bizantino, situado entre el mar Mediterráneo y el
mar Negro. El desarrollo del comercio, la navegación e industria en las
ciudades bizantinas permitió a este imperio acumular grandes riquezas y
mantener su poder hasta el siglo XV.
A partir del
siglo XI los reyes cristianos de Europa emprendieron una serie de guerras en
Medio Oriente, con el objetivo de recuperar la ciudad de Jerusalén y la llamada
Tierra Santa que había sido conquistada por los árabes, que profesaban la
religión musulmana. Estas luchas recibieron el nombre de cruzadas, porque el
emblema de los europeos era la cruz cristiana. Otro objetivo de estas luchas
fue dominar nuevas rutas comerciales para así conseguir más riquezas.
Inicialmente,
los árabes eran pequeñas tribus nómadas de religión politeísta, que tenían el
mismo idioma y usaban el santuario de la Kaaba como lugar de culto, éste era un
edificio cúbico en el que se guardaban los ídolos de las diferentes tribus, así
como una piedra negra que todos veneraban.
Todas las
tribus árabes se unificarían bajo el liderazgo de Mahoma, al adoptar una nueva
religión: el islam. De este modo, unificó a los árabes bajo una misma fe y un
solo gobierno.
Tras la muerte
de Mahoma, los califas continuaron con la expansión de la doctrina, y
conquistaron una región muy extensa, conquistaron la mayor parte de la
península Ibérica (los actuales territorios de España y Portugal) e intentaron
invadir Francia, pero fueron derrotados.
Los árabes en
la península Ibérica y permanecieron desde el año 711 hasta 1492. Esta
ocupación tuvo consecuencias importantes para la cultura occidental, ya que los
árabes dejaron una herencia muy importante; además, redescubrieron los
conocimientos griegos e introdujeron en Europa diversos saberes chinos.
Mientras dominaron España, las ciudades de Toledo y Córdoba fueron grandes
centros culturales.
Durante la
Edad Media, India fue el punto de contacto e intercambio de grandes
civilizaciones asiáticas, como la árabe, la persa y la china.
En el siglo vi
a.C. en la civilización india surgió el budismo, religión llamada así porque la
fundó Buda, nombre que significa "iluminado" o "quien conoce la
verdad", esta religión se extendió desde India hasta China y Japón
La sociedad
india estaba dividida en castas, una forma de organización que, desde el
nacimiento, determinaba la posición social y las actividades a las que se
dedicarían las personas. Los integrantes de una casta no se podían casar ni
tener trato cercano con los de otra. La casta superior era la de los brahamanes
y la inferior, la de los daíit.
Entre los
aportes que la civilización india ha hecho a la humanidad destacan
conocimientos como el concepto de cero y la numeración que hoy usamos, además
de productos como el té, las especias (pimienta, canela, clavo, etcétera) y el
azúcar de caña. Estos saberes fueron llevados a Europa por los árabes.
En la Edad
Media, China era una de las regiones más avanzadas del mundo, además de la más
poblada y de mayor desarrollo tecnológico. La fuerza de la sociedad china
radicaba en su numerosa población campesina, formada por comunidades y familias
muy unidas, con gran apego a la tierra.
Los
gobernantes ocupaban un lugar central en la sociedad, pues eran considerados
intermediarios entre la humanidad y las divinidades.
Los chinos
produjeron diversos inventos y tecnologías que cambiaron la historia de la
humanidad, por ejemplo, el papel, la pólvora y las primeras imprentas. Además,
dieron al mundo artículos de lujo como telas de seda y cerámica fina llamada
porcelana. También construyeron los barcos más grandes de su época y
emprendieron largos viajes de exploración en los mares de Asia y África. Otra
de sus hazañas fue levantar la más grande edificación del mundo: la muralla
china.
Desde tiempos
del imperio romano los comerciantes chinos establecieron la ruta de la seda,
por la cual llevaban sus productos a Persia y Bizancio. Esta ruta estuvo en uso
casi 1 500 años; iba por tierra desde China hasta el mar Negro, y desde ahí las
mercancías se embarcaban a Constantinopla, donde eran recogidas por los
navegantes genoveses.
El territorio
japonés está formado por cuatro grandes islas y otras de menor tamaño, lo que
le permitió mantenerse a salvo de invasiones, pero también lo aisló del mundo.
En la Edad
Media, en Japón predominaron los enfrentamientos por el poder, los cuales
desembocarían en la unificación definitiva del territorio en 1600.
Desde el siglo
xi en Japón se formó un sistema parecido al feudalismo europeo. En este caso,
había un emperador y los señores feudales eran los daimyo, poseían grandes
extensiones de tierra y tenían a su servicio un grupo de guerreros conocidos
como samuráis, a quienes les entregaban tierras a cambio de lealtad, además,
recibían también tributos de los campesinos.
La peor de todas las epidemias fue la peste bubónica o negra, contra la que los europeos del siglo xiv carecían de defensas. La peste bubónica, que es transmitida por las pulgas de las ratas, llegó a Europa desde el Oriente debido a que en los barcos que comerciaban con Asia abundaban dichos roedores,
La mayoría de los infectados era gente que vivía en condiciones de poca higiene y tenía una alimentación pobre. Las personas con más dinero vivían, no con más limpieza sino en menor hacinamiento, lo que disminuía el contagio, por eso padecieron menos. Además, éstos se protegían alejándose y aislándose de la población infectada. Durante los años de la peste, sólo los nobles recibían atención médica.
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